La conquista de México, La aniquilación y el milagro mexicano

La conquista de México, La aniquilación y el milagro mexicano

La existencia del pueblo mexicano se debe a un milagro, un milagro qu no sabemos a quién atribuírselo; si a los dioses Aztecas, que le cumpliera a su pueblo todas sus profecías, haciendo del pueblo Azteca uno de 1 más grandes, poderosos y fructíferos imperios de América, o al nue\ dios recién estrenado e impuesto por los españoles desde el siglo XV, adquiriendo desde entonces, hasta nuestros días, la fe católica. De tal forma que hoy, en el año 2006,96% de la población mexicana profesa la religión católica, impuesta en todas las colonias españolas como religión única. Curiosamente en España sólo 94% de la población la practica, a pesar de haberla implantado en todas sus colonias. Bien se podría decir que los españoles son "candil de la calle y oscuridad de su casa".


El Dios que nos impusieron, es el mismo que dicen escogió al pueblo de Israel como su favorito, pero que después de 2000 años no ha podido darles un lugar estable, ni paz, ni tranquilidad, ni tolerancia, ni esperanza a su gente.

El milagro mexicano se debe a lo que pasó después del descubrimiento de América, en 1492, y posterior a la conquista de México, en 1521.
Justo al contacto de con los europeos, México contaba en sus territorios con 30 millones de habitantes y al interaccionar con el pueblo español, empezó a experimentar un rápido descenso de su población, de tal forma que, para 1534, el país ya solo tenía cinco millones de habitantes, es decir: en 13 años de conquista española, ya hablan dado muerte, o hechos esclavos, o vendidos en Europa, a 25 millones de mexicanos. A pesar de ello, continúo la conquista, el tráfico de esclavos, los maltratos, abusos y la sobreexplotación de la población mexicana, con la anuencia de los clérigos que siempre estuvieron acompañando a los conquistadores españoles, desde el segundo viaje de exploración de Colón, en 1493, con su misión evangelizadora que quizá la sintieron una misión imposible. No era tarea fácil evangelizar a 30 millones de mexicanos, tan arraigados al politeísmo. Y casi se convierte de verdad en una^misión imposible, cuando en 1610, se contabilizan en el país menos de un millón de mexicanos: más de 29 millones de mexicanos habían muerto, o habían sido capturados para ser vendidos en Europa. Por poco, y gracias a Dios, los clérigos creyeron que ya no iba a haber a quien evangelizar. Muy a pesar que desde el principio, los reyes católicos le habían prohibido a Cristóbal Colón traficar con esclavos, toda la última década del siglo XV, Colón tráfico en secreto con esclavos provenientes de América, que iba a vender a Europa, esta fue una de las causas que ocasionó que en 1499, Cristóbal Colón, su hermano Bartolomé Colón, y su hijo Diego Colón, fueran hechos prisioneros en la Isla la Española, que por muchos años fue el cuartel general donde llegaban primero todos los viajes de España y donde se decidía su destino final. También de ahí salieron todos los viajes de exploración y de conquista en el siglo XV. Francisco Bobadilla fue quien los apresó y los envió engrilletados a España, donde, a pesar de que a su llegada fueron perdonados por la Corona, a Colón se le quitaron sus títulos y todos los privilegios que tenía.

Se podría pensar, que Colón creyó que como España tenía 50 años traficando con esclavos negros de África, queriendo competir en el tan remunerable negocio que iniciaron los portugueses a mediados del siglo XV y que casi tenían el control y monopolio de los esclavos que compraban o capturaban en África y los llevaban a vender a Europa, España podría ahora, por medio de su conducto, competir con Portugal, llevando esclavos de América, donde abundaban y no tenían costo para los españoles, por creer que ellos eran los dueños de todo lo que existía en el Nuevo Continente, como lo dispusieron ellos y el Santo Papa, Alejandro VI, que los confirmó dueños de casi toda América. Así, en menos de 50 años^ despoblaron las islas del Caribe por el salvajismo y la ambición desmedida de los españoles, por el trato inhumano y violento, y por la captura y venta que hicieron de los indígenas, vendiéndolos como esclavos en Europa.

A principios del siglo XVI, el fraile dominico Bartolomé de las Casas, "El defensor de los indios", (¿qué tal sí no lo fuera?), sugiere que se trajeran esclavos negros de África, que eran de naturaleza más resistente que los indígenas, para poder sustituir la falta de mano de obra indígena que ya casi habían exterminado los mismos españoles. Ta resistentes fueron los esclavos negros, que en 400 años de tráfico, s comerció con más de cien millones de africanos, dejando al continente africano casi despoblado. Este tráfico se realizó en complicidad con los caciques de las tribus africanas, quienes cambiaban a sus hermanos por mercancías y armas para acrecentar su poder, ante una Iglesia Católica que aprueba la esclavitud, o se hace de oídos sordos, porque la Iglesia era tan fuerte, o más que los mismos Estados y lejos de tratar de evitar este exterminio, se confabuló para eliminar las razas que no les convenía que existieran, ya sea por la amenaza que representaba para sus interese-o simplemente porque no tenían importancia para ellos.

Con los nuevos descubrimientos, las nuevas exploraciones y 1 nuevas conquistas, se hizo imperante la necesidad de mucha gente, tan para trabajar, como para colonizar los nuevos territorios que se iba descubriendo. España como país, no podía mandar mucha gente porque se despoblaba y no era conveniente por protección propia, además eran pocos los que querían venir a las nuevas tierras, los que venían eran soldados obligados por el Estado, los delincuentes que teñí como única opción, para ser liberados, viajar al nuevo continente, por 1 que los únicos que venían por decisión propia eran los aventureros y los clérigos. Esta necesidad de gente, cuando ya habían eliminado a casi todo: la población indígena de América, la cubrieron con esclavos negros d África, pero ni la flota portuguesa, ni la española, fueron suficientes p~ traer toda la mano de obra que se requería en las nuevas tierras descubiertas; fue entonces que los ingleses, franceses y holandeses, entraron al fructífero negocio de los esclavos-comprándolos, vendiéndolos y cambiándolos por mercancías o armas, distribuyeron esclavos negros por todo el mundo, tanto en las colonias propias, como en las tierras que ocupaban mano de obra barata, fuerte, resistente y si derecho a tener derechos. Así fue como, Portugal, España, Inglaterra, Francia y Holanda, en menos de 400 años, casi terminan con los hombres que fueron la simiente de la especie humana; los africanos. Por escandaloso que parezca, cien millones de seres humanos, fueron sacados de África en contra de su voluntad y llevados lejos de sus tierras y sus familias, sino es que fueron llevados con todo y familia y vendidos al mejor postor en cualquier parte del mundo.

Usted diga si la existencia del pueblo mexicano no puede ser entendida como un milagro: en México, es decir, en un solo país, los europeos eliminaron la tercera parte de lo que eliminaron en todo un continente. Y aquí ocuparon tan sólo 90 años, contra 400 años que les llevó despoblar a África.

Pero menos no se podría esperar de España, de un país en ruinas, vacía de valores, cargada de ambición y de codicia; máxime que no enviaron a la gente que ya tenían bien seleccionada y catalogada, especial para lo que sería la principal empresa de los españoles; antes que mandar a sus abogados, humanistas, filósofos, médicos, ingenieros, químicos, arquitectos y artistas a conquistar el nuevo mundo, mandaron a todos los presos recluidos en sus cárceles. Los que debieron haber venido a conquistar, nunca llegaron y los que sí vinieron, se dedicaron a exterminar. Esto confirma "El Milagro", de cómo nos les escapamos a toda esa sarta de criminales, tanto a los ex presidiarios como a los dirigentes europeos, que llegaron creyéndose una raza superior y confundieron conquista, con eliminación y colonización, con destrucción.
Así, tuvieron que pasar 434 años para que en 1955, el país de México volviera a contar con sus 30 millones de habitantes, que tenía al inicio de la conquista española, mejor dicho de la exterminación española en 1521. Pasaron 279 años para que la Gran Tenochtitlán, hoy la ciudad de México, llegara a tener nuevamente cien mil habitantes, como tenía a la llegada de los españoles y que volvió alcanzar en el año 1800, sólo diez años antes de que se iniciara el movimiento de Independencia de México. En ese mismo año de 1800, toda la República mexicana, apenas había alcanzado seis millones de habitantes.

Sólo queda agregar que gran parte lqs29 millones de habitantes que desaparecieron (de un total de 30 millones que eran en las tribus mexicanas antes de 1521), murieron a consecuencia de las enfermedades infectocontagiosas que traían los españoles como: viruela, sífilis, tifo, vómito negro (fiebre amarilla) y otras. El mismo Cuitláhuac murió de viruela, por lo que su gobierno sólo duró nueve meses, teniendo que sustituirlo el onceavo y último emperador Azteca: Cuauhtémoc.

Aunque el gobierno español siempre negó haber traficado con esclavos indígenas, existen varios testimonios, entre ellos del mismo rey Femando II, en el que se informaba a la corte que el tráfico de esclavos indígenas estaba resultando todo un éxito.

Estos son sólo algunos de los españoles que se ha comprobad que participaron en el tráfico de indígenas:
•Cristóbal Colón, el descubridor de América.
•Bartolomé Colón, hermano de Cristóbal Colón.
•Diego Colón, Hijo de Cristóbal Colón.
•Diego Velásquez, Gobernador de Cuba y j efe que mandó a Cortés a explorar tierras mexicanas.
•Ñuño Beltrán de Guzmán, presidente de la primer Audiencia que gobernó la Nueva España.
•Juan de Oñate, hijo de Cristóbal de Oñate fundador de Guadalajara y Zacatecas.

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