por Joseph E. Cummins
En sus últimos anuncios, Monsanto nos asegura que el medio ambiente mundial es una de sus máximas prioridades. Pero esto lo desmiente su historial. Sus productos han sido y son la causa de una gran destrucción ambiental en su sentido más amplio. Entre otras cosas. Monsanto es el principal responsable de que los mamíferos marinos del mundo estén en peligro de extinción.
En 1929. la empresa Swann Corporation, la cual más tarde formó parte de Monsanto, comenzó a fabricar bifenilos poli-clorados (PCBs) para uso comercial. Los PCBs son líquidos aceitosos que conducen el calor pero no la electricidad. Como tales, podían ser utilizados como fluidos dieléctricos (aislantes) en electrodomésticos y fueron muy utilizados en todo tipo de aplicaciones desde equipos hi¬dráulicos hasta agentes desengrasantes para submarinos nucleares.
De hecho, Monsanto ha producido o ha cedido las licencias de producción de todos los PCBs del mundo, a excepción de una pequeña fracción, y es responsable de la libera¬ción masiva de 1.2 millones de toneladas de estas sustancias químicas mortales por todo el mundo.
Aunque la empresa era consciente de los efectos nocivos para los trabajadores expuestos a PCBs ya a fíñales de la década de los 30's. Monsanto continuó produciéndolos masivamen¬te durante décadas hasta que se produjo. 30 años después, una alarma sanitaria con respecto de los PCBs de gran repercusión pública, que alertó a los políticos sobre la peligrosa naturaleza de estas sustancias químicas. Las no¬ticias a partir de entonces sólo han empeorado.
En 1968. 1,300 residentes de Kyush. Japón, enfermaron tras comer arroz contaminado con PCBs. Posteriormente, muchas de las mujeres afectadas dieron a luz niños con graves defectos.
En 1969. la revista New Scientist publicó un informe que revelaba la capacidad de los PCBs para "bioacumularse” a lo largo de la cadena alimenticia'. Ias sustancias químicas, que tardan muchos años en biodegradarsc. atraviesan fácilmente los lípidos de las membranas celulares y son rápidamente absorbidas por los tejidos grasos de los mamíferos. Los animales situados más arriba en la cadena trófica, como las ballenas, los osos polares, los delfines y los seres humanos, pueden almacenar niveles con elevadas concentraciones de PCBs. El resultado ha sido una terrorífica colección de efectos adversos.
En 1995, se reveló que las mujeres que habían consumido pescado proveniente de las aguas contaminadas de los Grandes Lagos, Canadá, habían dado a luz niños con una propensión in¬usualmente elevada a infecciones bacterianas. También se demos¬tró que los PCBs dañaban los nervios del cerebro de los fetos de mamíferos en desarrollo, dando lugar a defec¬tos en el comportamiento y en el aprendizaje.
Los cánceres, particularmente los “melanomas malignos”, están claramente relacionados con el envenenamiento por PCBs. En Onta¬rio, el Estado indemniza a las victimas, por los efectos perjudiciales de estas toxinas. Ade¬más, se ha comprobado que la contaminación por PCBs provoca deficiencias en las defen¬sas inmunológicas, hipertensión y apoplejías.
Inicialmente. se dio por hecho que la mayor acumulación de PCBs se producía en los lugares más cercanos a las fuentes de contaminación. Sin embargo, en 1988. la revista Environmental Pollution publicó un artículo revelando la dimensión de la contaminación que sufren los mamíferos marinos. Los delfines, las ballenas y las marsopas contenían niveles de PCBs que excedían en mucho a sus homólogos terrestres. Los delfines del mediterráneo, por ejemplo, tenían 833 partes por millón en sus tejidos grasos -aproximadamente 17 veces más del nivel requerido para que un producto tenga que ir etiquetado y manipulado como residuo tóxico.
También se descubrió que los mamíferos marinos tenían una sensibilidad predeterminada genéticamente a daños reproductivos que habían sido inducidos por los PCBs: una sensibilidad que únicamente una de cada diez personas de origen europeo lo comparte". Las sustancias químicas que simulan a las hormonas de los mamíferos representan una verdadera amenaza para la extinción de estos animales.
¿Con qué cara Monsanto nos dice que su preocupación es el media ambiente?
De hecho, Monsanto ha producido o ha cedido las licencias de producción de todos los PCBs del mundo, a excepción de una pequeña fracción, y es responsable de la libera¬ción masiva de 1.2 millones de toneladas de estas sustancias químicas mortales por todo el mundo.
Aunque la empresa era consciente de los efectos nocivos para los trabajadores expuestos a PCBs ya a fíñales de la década de los 30's. Monsanto continuó produciéndolos masivamen¬te durante décadas hasta que se produjo. 30 años después, una alarma sanitaria con respecto de los PCBs de gran repercusión pública, que alertó a los políticos sobre la peligrosa naturaleza de estas sustancias químicas. Las no¬ticias a partir de entonces sólo han empeorado.
En 1968. 1,300 residentes de Kyush. Japón, enfermaron tras comer arroz contaminado con PCBs. Posteriormente, muchas de las mujeres afectadas dieron a luz niños con graves defectos.
En 1969. la revista New Scientist publicó un informe que revelaba la capacidad de los PCBs para "bioacumularse” a lo largo de la cadena alimenticia'. Ias sustancias químicas, que tardan muchos años en biodegradarsc. atraviesan fácilmente los lípidos de las membranas celulares y son rápidamente absorbidas por los tejidos grasos de los mamíferos. Los animales situados más arriba en la cadena trófica, como las ballenas, los osos polares, los delfines y los seres humanos, pueden almacenar niveles con elevadas concentraciones de PCBs. El resultado ha sido una terrorífica colección de efectos adversos.
En 1995, se reveló que las mujeres que habían consumido pescado proveniente de las aguas contaminadas de los Grandes Lagos, Canadá, habían dado a luz niños con una propensión in¬usualmente elevada a infecciones bacterianas. También se demos¬tró que los PCBs dañaban los nervios del cerebro de los fetos de mamíferos en desarrollo, dando lugar a defec¬tos en el comportamiento y en el aprendizaje.
Los cánceres, particularmente los “melanomas malignos”, están claramente relacionados con el envenenamiento por PCBs. En Onta¬rio, el Estado indemniza a las victimas, por los efectos perjudiciales de estas toxinas. Ade¬más, se ha comprobado que la contaminación por PCBs provoca deficiencias en las defen¬sas inmunológicas, hipertensión y apoplejías.
Inicialmente. se dio por hecho que la mayor acumulación de PCBs se producía en los lugares más cercanos a las fuentes de contaminación. Sin embargo, en 1988. la revista Environmental Pollution publicó un artículo revelando la dimensión de la contaminación que sufren los mamíferos marinos. Los delfines, las ballenas y las marsopas contenían niveles de PCBs que excedían en mucho a sus homólogos terrestres. Los delfines del mediterráneo, por ejemplo, tenían 833 partes por millón en sus tejidos grasos -aproximadamente 17 veces más del nivel requerido para que un producto tenga que ir etiquetado y manipulado como residuo tóxico.
También se descubrió que los mamíferos marinos tenían una sensibilidad predeterminada genéticamente a daños reproductivos que habían sido inducidos por los PCBs: una sensibilidad que únicamente una de cada diez personas de origen europeo lo comparte". Las sustancias químicas que simulan a las hormonas de los mamíferos representan una verdadera amenaza para la extinción de estos animales.
¿Con qué cara Monsanto nos dice que su preocupación es el media ambiente?
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